"Casa tomada" es un cuento de Cortázar que se ve influenciado en la época del Peronismo. Se trata de dos hermanos que viven en un "simple matrimonio de hermanos" en una misma casa.
La casa es el auténtico protagonista del cuento de Cortázar; en efecto, el relato se inicia directamente hablando de la casa de la siguiente manera:
"nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua (...)"
Esta descripción ofrece al lector la idea que la casa, que parece evidentemente proporcionar satisfacción a los dos hermanos, se presenta a través de cuatro características básicas que son: espaciosa y antigua; y profunda y silenciosa. De esta forma, es evidente la importancia del espacio que se describe en la casa ya que de esta manera, ésta toma un valor predominante respecto del resto de personajes convirtiéndose en la principal.
Al comienzo del relato el autor menciona que la casa guardaba los recuerdos tanto de los bisabuelos como del abuelo paterno y los padres de los personajes acompañados de toda la su infancia; aspecto que enfatiza la importancia de la misma. Por otra parte la identificación de los personajes con la casa es predominante puesto que la dedicación de los hermanos a la casa en todos los aspectos no solo es su objetivo, sino también su fin, hecho que el autor corrobora cuando anuncia el deseo de los hermanos de destruirla antes de su propia desaparición.
La influencia de la casa sobre los hermanos viene determinada también por elementos como la excesiva limpieza, que con el tiempo se convierte en una obsesión. Este hecho puede ser concebido e interpretado como la necesidad de limar asperezas o desaparecer ciertos impulsos a nivel social de la misma forma como se elimina la suciedad. Es importante determinar que este elemento “limpieza” proyectado por el autor en el cuento tiene mucho contenido entre líneas, por ejemplo:
"el polvo que se limpia (…) después se deposita de nuevo en los muebles y los pianos"
Esta idea puede ser representada en la realidad social que se vivía y la represión que existía, de manera que por más que se trataba de controlar las amenazas (representadas por la suciedad en la casa) estas lograban moverse e insertarse en otro lugar generando el mismo daño.
Otro dato importante en el cuento es el hecho que los dos hermanos nunca se atreven a atravesar la famosa puerta de roble que divide en dos la casa, salvo para llevar a cabo la limpieza, hecho predominante en su actividad diaria. Esta conducta refleja cierto temor y respeto a lo desconocido o a lo que saben que ejerce poder sobre ellos, hecho que se refleja en la realidad política peronista que se vivía.
En conclusión, la casa como protagonista, representa un escenario que se vivía en la realidad, con un espacio de libertad y uno de censura que generaba todo tipo de aislamiento, tanto físico como psicológico.
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