En primer lugar, para entender el juego del lenguaje que utiliza Cabrera infante es menester entender sus raíces; escritor del boom, vivía en una sociedad represiva en la que no existía libertad de expresión, y es por esta razón que el Cabrera, como todos los escritores del boom, escribió en clave usando un juego del lenguaje.
La nueva narrativa latinoamericana emplea una ruptura cronológica de la historia relatada, incluye fragmentaciones de los diferentes puntos de vista para introducir varias voces y con ellas personajes en la historia, se presentan discontinuidades para exponer en un mismo escenario la simultaneidad de situaciones.
Con esta técnica narrativa, también se proyecta una concepción de realidad la que está en juego, es decir, el relato juega con hechos reales con la finalidad de denunciar dicha realidad y construirla en la historia a manera de narración a través de cartas, canciones, chismes, burlas, trabalenguas, historias, hechos, cuentos o asociación de ideas como por ejemplo la utilización del “idioma” cubano para expresar la cruda realidad.
Cabrera Infante hace una extensa mención durante toda su obra a la literatura y a la escritura, incluso menciona una advertencia acerca de la escritura en el siguiente apartado:
“(…)la escritura no es más que un intento de atrapar la voz humana al vuelo como aquel que dice.” (Pág. 5)
De esta forma, en el relato de Cabrera Infante predomina una intención de hacer una furtiva referencia a la realidad y lograr jugar con la imaginación del lector a través del lenguaje para camuflar el escenario presentado. Toda la novela, a manera de disipación de la atención del lector, habla de la escritura y la literatura, esto con el fin de generar cierta duda y ambigüedad en el mensaje enviado a la audiencia con la finalidad de precautelar las ideas expuestas; tomando en cuenta la época que se vivía y la imposibilidad de una libertad de expresión sin represión. Una muestra de ambigüedad en la obra se presenta en el siguiente apartado.
“(…) digo y cuento, cuento y cuento, hasta lo que no sé lo cuento” (Pág. 90)
Hay que entender este juego del lenguaje como una salida a una sociedad carente tanto de libertad política como de libertad social y de expresión. Es así que los grafismos y las transformaciones del lenguaje son empleados como formas de resistencia a una sociedad cubana que vivía reprimida por el gobierno. El juego es la libertad tanto del autor como del lector en cuba y tiene la función de protección ante una realidad social percibida como hostil.
Cabrera Infante denota una profunda desilusión a través del teatro que ha generado con el relato de los Tres Tristes Tigres. A pesar de proyectar la mayor parte del tiempo un ambiente aparentemente festivo y liberado, con manifestaciones de excesos tanto físicos como sociales, presenta paralelamente una sociedad en crisis, reprimida, con falta de identidad y llena de desesperanza.
Resignado o sarcástico, Cabrera infante expresa su impotencia por cambiar la realidad de la isla a través del siguiente pasaje:
“(…) éramos totalitarios, queríamos la sabiduría total, la felicidad total ser inmortales al unir el fin con el principio”. (Pág. 260)
A manera de conclusión puedo establecer que la novela de Cabrera Infante, Tres Tristes Tigres, es una anticipación en el tiempo a la realidad de aquella época. Mediante el relato el autor recurre a la inversión de la realidad, para camuflar la realidad social a través del lenguaje; empleando juegos y libertar literaria para así lograr una perfecta reproducción del “idioma“ cubano (he decidido llamarlo así solo para efectos del presente análisis).